En la vida universitaria, encontrar el equilibrio adecuado entre los estudios y la vida social puede ser todo un desafío. Por un lado, se encuentra la presión constante de rendir bien en los estudios y por otro, la necesidad intrínseca de llevar una vida social rica y saludable. En este artículo buscaremos profundizar más en por qué es tan importante compaginar estas dos facetas de la vida.
La premisa de mantener un equilibrio entre estudios y vida social se puede aplicar de igual manera al trabajo o al cuidado familiar, etc. No obstante, en este caso el enfoque estará puesto en las ajetreadas vidas de los estudiantes. Diversos estudios demuestran que existe un índice elevado de estrés entre los estudiantes de las universidades. Aún así, siempre se repite la idea de que esto es algo normal y que es un bache por el que hay que pasar para poder tener un futuro prometedor. Así pues, redactamos esta entrada para desmentir dicha idea.
Ciertamente, nadie espera que la universidad vaya a ser un camino de rosas. De lo contrario, es sabido que una carrera implica un importante nivel de compromiso y trabajo. Por esta misma razón, es fundamental que tomes una elección consciente y racional. Elige algo que verdaderamente te ves capaz de aprender y que te guste a partes iguales. Encontrarte estancado en una carrera que no te termina de gustar hará que tu experiencia universitaria sea mucho más tediosa y desagradable. Estar a disgusto en los estudios también puede llevar a una bajada significativa del rendimiento, llevando a situaciones apuradas donde tienes que sacrificar tu vida social por sacar adelante los estudios.
Un estudiante no deja de ser una persona normal y corriente con necesidades básicas que cumplir. En efecto, como seres sociales, los humanos necesitan vivir integrados en la sociedad. Estar encerrado en la habitación de la residencia de estudiantes durante horas, sin siquiera salir para dar una vuelta es increíblemente perjudicial para las personas. Por mucha cantidad de trabajo que se tenga, el sacrificio nunca debe implicar la salud física o mental. Tampoco se puede abusar del tiempo libre que puede llevar a posponer el estudio, ya que acaba resultando en una acumulación de trabajo y estrés posterior. Mantener un equilibrio adecuado permite disfrutar de la vida social sin descuidar las responsabilidades académicas, lo que a su vez reduce la necesidad de invertir más tiempo en el estudio para compensar.
Ahora bien, la interacción social no es igual de fácil para todo el mundo. Existe una realidad en la vida universitaria: hay personas con pocas destrezas sociales a las que les resulta extremadamente difícil entablar conversaciones o formar relaciones. Por ello, es crucial encontrarse en un entorno que facilite estas interacciones de manera sencilla y segura. En este sentido, las residencias de estudiantes desempeñan un papel fundamental. Al ser un lugar donde conviven una gran cantidad de personas del mismo rango de edad y con intereses similares, proporcionan un escenario ideal para conocer gente nueva y desarrollar habilidades sociales. Es una forma idónea de combinar un ambiente de estudios con uno de diversión y sociabilidad. En las residencias de estudiantes, los estudiantes tienen la oportunidad de compartir experiencias académicas y sociales en un mismo lugar.
Es esencial desmitificar la idea de que el estrés y la falta de equilibrio son parte natural de la vida universitaria. Elegir una carrera que nos apasione y cuidar nuestra salud física y mental son aspectos clave para un rendimiento académico óptimo y una experiencia universitaria satisfactoria. De la misma forma, requiere una reflexión previa acerca del lugar de residencia para que la vida social sea fácil de conseguir.